OPINION

No es venganza, es justicia

Junqueras durante el juicio del procés
Junqueras durante el juicio del procés

Tras conocerse la sentencia sobre el 'procés', Oriol Junqueras dijo desde la cárcel: “Esto no es Justicia, es venganza”. Gabriel Rufián repitió, desde el Parlament de Catalunya: “No es una sentencia, es una venganza".

Joaquim Torra, desde el Palau de la Generalitat, insistió: “Es un acto de venganza y no de justicia”. Y Carles Puigdemont, desde Bruselas, habló de “Estrategia de la represión y la venganza”.

Poco después, nueve de los doce políticos condenados hicieron público un artículo bajo el título: "No es justicia, es venganza" y en las redes sociales se viralizó este mismo lema #NoEsJusticiaEsVenganza.

Está claro que este mensaje, repetido hasta la saciedad, no es una reacción ni una estrategia improvisada, sino que está preparada desde antes de la publicación de la sentencia, durante todo el juicio del procés, por la defensa de los ya condenados.

Hasta tal punto que la propia sentencia se refiere a dicha estrategia, curándose en salud, de cara al más que previsible recurso primero ante el Tribunal Constitucional y luego ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La estrategia de la defensa, revelada en la sentencia

Así, en los Fundamentos de Derecho, apartado A) sobre vulneración de derechos fundamentales, punto 5.- Vulneración del derecho al juez imparcial (artículo 4 de la Carta Europea de Derechos Humanos y 24 de la Constitución Española), dice:

“El cuestionamiento de la imparcialidad de los Magistrados que integramos esta Sala ha sido un ‘continuum’… que ha llevado a algunas defensas a una estrategia de demonización de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

Esta ha sido presentada, una y otra vez, no como un órgano jurisdiccional, sino como un grupo de siete disciplinados funcionarios dispuestos a ejercer la venganza del Estado por el proceso secesionista.

Esta idea ha estado presente hasta el último momento del desarrollo del plenario, en el que algunos de los acusados siguieron presentándose como víctimas de un proceso político.

El desarrollo de este juicio ha sido contumazmente presentado como un tedioso y prescindible trámite para llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, única instancia capaz de deshacer la injusticia de nuestra sentencia”.

No es venganza

Decir “No es justicia, es venganza” es desconocer la superación del sistema de “venganza privada” de la antigüedad por una administración de justicia moderna, ejercida por jueces -profesionales e independientes- que aplican la Ley.

Pero, implícitamente, hablar de venganza es reconocer que se ha hecho algo mal. Porque, según la RAE, venganza es: “satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos". Por tanto, se reconoce que se ha hecho un agravio o infligido un daño.

Según Corominas, 'venganza' viene de 'vindicta' y ésta, de 'vindicare' (reivindicar, reclamar), de donde también derivan 'vindicación' y 'revancha'. Toda reivindicación (de una cosa) o reclamación (de responsabilidad) implica una deuda o acto previo.

Hablar de ‘venganza’, por tanto, supone una novedad, porque, aunque al principio se negaba que hubiera delito de rebelión y se admitía haber cometido otros delitos, luego se cambió de estrategia y se defendió que no se había cometido ninguno.

Se puede discrepar legítimamente de la calificación jurídica y de la pena impuesta. Puede incluso considerarse una pena excesiva (es lo que normalmente le parece a quien es condenado), pero negar los hechos y la intención es absurdo.

Es Justicia

En el apartado C) sobre el Juicio de autoría, punto 1.- referido al Delito de sedición, sección 1.9.6, en relación con Jordi Cuixart, el tribunal hace una reflexión extensible a todos los procesados:

“Lo coherente para quien invoca la desobediencia civil será asumir el castigo en virtud de la ley penal que violó, para poner así en valor la intensidad de su discrepancia frente al orden legal”.

Decir que “todo lo que no sea una absolución es una venganza” es no aceptar las consecuencias de los hechos probados. Es no asumir la responsabilidad y castigo por los propios actos.

Decir “no es justicia, es venganza” es querer esquivar su responsabilidad. Como si no hubieran tenido que ver con los hechos probados y “pasaran por ahí”. Sorprende la falta de valentía de unos líderes que pretenden escurrir el bulto.

Por tanto, “no es venganza, es justicia”, porque Justicia es “dar a cada uno lo suyo” y, en el ámbito penal, el castigo o pena que corresponde a los hechos tipificados. Hacer otra cosa no es justicia, es impunidad.

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